miércoles, 11 de agosto de 2010

Bicicletas eléctricas

¿Se imagina un medio de transporte que apenas contamine, ligero, que evite atascos, pérdidas de tiempo en búsquedas de aparcamiento y, que, además, suponga un gasto pequeño? No es ciencia ficción. Son las prestaciones de la bicicleta eléctrica, un nuevo concepto que ha llegado a nuestro país con la promesa de ser más ecológico, menos ruidoso que los demás vehículos y que contribuye a que las ciudades sean más habitables. No obstante, los ecologistas advierten de que sí contamina, aunque consuma poco, principalmente porque la electricidad en nuestro país no procede de energías renovables.

Enviado por: ECOticias.com / Red / Agencias, 08/08/2010




"En China, donde la bicicleta es el medio de transporte más utilizado, se están pasando a los modelos eléctricos, y en Italia se han llegado a vender 100.000 unidades en un año", relata sobre el incipiente éxito de la versión eléctrica Steen Sara, desde Tucano Bikes, empresa fabricante de este tipo de vehículos. Detrás de esta nueva moda, se encuentra un factor tecnológico, puesto que desde hace poco menos de dos años se han empezado a introducir las baterías de litio y modelos más ligeros realizados con aluminio, lo que ha supuesto mayor eficacia y unos "precios razonables", según explica Antonio Guerín, director de la marca EcoBike.
Por tanto, las bicicletas eléctricas se suman a las opciones disponibles para personas que quieren desarrollar trayectos cortos y, además, ahorrarse dinero. Según Guerín, el gasto de electricidad de los motores de estos vehículos es de tan sólo 1 euro por cada 100 kilómetros, lo que constituye un ahorro considerable respecto a la motocicleta o el coche. Utilizar este vehículo también significa olvidarse de trámites burocráticos porque tienen la misma consideración a efectos legales que las bicicletas de toda la vida y no precisan de permiso de conducir o seguro. Además, para esto último sirve el seguro de hogar, que también incluye la bicicleta eléctrica, y en caso de que se quiera una mayor protección se puede solicitar los seguros de las federaciones de ciclismo, que cuestan entre 50 y 60 euros.
Usuarios y fabricantes de estos vehículos a motor aseguran que las ventajas que ofrecen las bicicletas eléctricas son muchas: más allá de la posibilidad de trasladarse de un lugar a otro sin realizar ningún esfuerzo físico, lo que hace que sea muy atractivo para las personas con alguna lesión o incapacidad, destaca su sencillo cuidado. Así, después de dar un paseo, se puede sacar la batería y cargarla cómodamente en cualquier enchufe de la casa, un proceso -similar al que se realiza con el teléfono móvil- que tarda como media 6 ó 7 horas y se puede efectuar por las noches para tener preparada la bici al día siguiente. Por otro lado, el peso de los modelos es menor, hasta convertirse en vehículos realmente portátiles -incluso existen versiones plegables- que se pueden transportar fácilmente a los domicilios.
Estos factores y unos precios que arrancan en los 350 euros han hecho de la bicicleta eléctrica una buena alternativa para realizar trayectos cortos en la ciudad o en el campo, acudir al trabajo o hacer recados, gracias a una autonomía que ronda los 50-60 kilómetros.

















Sin embargo, también existen opiniones a favor de que se extienda este modo de transporte entre toda la población, como la de Karmele Goikolea, miembro de la Asociación de Ciclistas Urbanos de Bizkaia, Biziz Bizi. "En Suiza están intentando potenciar el tema de las bicis eléctricas a tope, se usan para desplazarse en el trabajo. Por ejemplo, hay un servicio de enfermeras a domicilio que las emplean para ir de casa en casa, algo que no se podría hacer con bicis normales", revela. Por otra parte, Goikolea piensa que la versión eléctrica puede ser útil para las personas que quieren acudir al trabajo sin llegar sudados, que es lo que sucede cuando se pedalea en una tradicional. "Si la efectividad máxima de las bicicletas se reduce a trayectos de hasta 5 kilómetros, esta distancia se amplía con el uso de las bicis eléctricas y las personas que viven a distancias de hasta 10 kilómetros pueden desplazarse sin esfuerzo hasta su destino", concluye.







Respecto a la controversia sobre la diferencia entre las bicicletas eléctricas y las motocicletas, García afirma con rotundidad que realmente son motos, "porque si llevan motor no les puede llamar bicicletas". Sin embargo, el diseño, prácticamente idéntico al de una bicicleta tradicional y la potencia marcan la diferencia respecto a las motos. Mientras una moto puede superar holgadamente los 50 kilómetos por hora, los motores de las bicicletas eléctricas se diseñan para desconectarse cuando se alcanzan los 25 kilómetros por hora y, por otra parte, no hacen ruido, porque no tienen ningún proceso de combustión. "Son totalmente silenciosas, nada que ver con la moto, la persona pedalea con normalidad, aunque con menos esfuerzo -incluso las he visto subiendo puertos y me adelantaban- y abultan poco más que una bici. El único inconveniente es el precio", relata Karmele Goikolea.

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